Algunos perros pueden comer tan rápido que causan un problema digestivo y necesitan una visita urgente a la sala de emergencias. Explicaremos las diferentes causas de por qué los perros comen demasiado rápido y compartiremos consejos sobre cómo ayudarlos a reducir la velocidad mientras comen.
Muchos perros que comen rápido lo hacen por competencia, quieren asegurarse de comer tanto como puedan antes de que otro animal coma su comida. Esto es común en hogares donde hay varias mascotas, pero también puede ocurrir cuando las mascotas son adoptadas y no conoces los hábitos alimenticios que aprendieron. Otros perros tienden a comer rápido porque no saben cuándo será la próxima comida, como las mascotas que no tienen un horario de alimentación establecido. También hay perros y gatos que comen demasiado rápido por problemas de salud, ciertos problemas hormonales harán que las mascotas tengan demasiada hambre. Por supuesto, también hay perros que son las únicas mascotas, tienen un horario regular de alimentación, son saludables y parecen disfrutar comiendo demasiado rápido.
Los riesgos de comer demasiado rápido es que no mastican la comida y la tragan entera. Tragar sin masticar puede hacer que la mascota trague demasiado aire, lo que puede causar malestar estomacal e incluso agrandar demasiado su estómago y causar una dilatación gástrica. La mayoría de las mascotas que comen demasiado rápido a menudo vomitan la comida poco después de comer. Contacta a tu veterinario si esto le sucede a tu mascota.
Consejos para mascotas que comen muy rápido:
- Divide las porciones de alimentación en varias comidas pequeñas. Es mejor si comen dos o tres veces al día que solo una vez al día.
- Horario regular de alimentación. Asegúrese de alimentar a su mascota todos los días a la misma hora.
- Usa juguetes que dosifiquen la comida, asegúrate de enseñarle a tu perro cómo usarlos para evitar frustración.
- Usa comederos lentos
- Usa tapetes o bandejas de alimentación en lugar de tazones
Muchas mascotas ocasionalmente comen demasiado rápido y no necesitan cambios en su rutina o hábitos alimenticios, sin embargo, si esto se convierte en un problema recurrente, sigue estos consejos y contacta a tu veterinario.
